Formación y Educación, antídotos contra la destrucción tecnológica del empleo

La emergencia que las nuevas tecnologías van a tener sobre el empleo es una evidencia innegable, y que incluso organizaciones tan poco sospechosas de ser alarmistas como la Comisión Europa ya admiten de forma clara, advirtiendo de las consecuencias negativas de la maquinización tanto sobre el volumen como por el fuerte deterioro que tendrán sobre la calidad del empleo.

En el Estudio anual sobre la evolución social y del empleo en Europa (ESDE[1]) elaborado por la propia Comisión Europa, pone el acento en los nuevos desafíos que entrañan sobre el mercado de trabajo la automatización y la digitalización, destacando el papel que van a desempeñar los robots y la inteligencia artificial.

Hasta tal punto van a influir estas nuevas tecnologías en el mercado de trabajo que la Comisión que si se aplicasen directamente sobre los actuales procesos de producción más del 30% de los actuales puestos de trabajo serían completamente automatizados y otro 25% lo serían parcialmente. Ambas previsiones suponen que más de la mitad de los actuales empleos sufrirán un impacto directo por la automatización de tareas en los próximos 10 años.

Además, y por si esto no fuese poco, este proceso de maquinización del trabajo vendrá acompañado por una polarización del mercado del trabajo entre salarios bajos y altos, con una agudización de la crisis de los salarios medios, que tienen cada vez a ser menos numerosos y con una clara tendencia hacia la precarización. Otra de las aristas que destaca el estudio europeo versa sobre el empleo en plataformas digitales, que amplifican las desigualdades, en especial, la referida al género.

La Comisión pone como ejemplos a seguir las economías de Alemania y República Checa que, a pesar de sus altos índices de automatización productiva, registran bajas tasas de desempleo.

Y es aquí donde precisamente salen a reducir las carencias de nuestros sistemas educativos y formativos.

Por una parte, nuestra juventud, aun a pesar de ser descrita como “nativa digital”, no está suficientemente preparada para un entorno altamente tecnológico, donde la programación, la gestión de los datos, la creatividad, la inteligencia emocional y las relaciones interpersonales son aspectos claves y decisivos.

Por otra parte, nuestra fuerza laboral activa no posee los suficientes conocimiento ni capacidades para afrontar una transición hacia un nuevo mundo digital. De hecho, un 55% de los trabajadores y trabajadoras españolas no tienen habilidades digitales básicas.

Obviamente, si comparamos ambos aspectos con otros países de la Unión, el riesgo latente para nuestra economía es más que notable.

UGT denuncia que España no ha realizado la necesaria reconversión digital para adaptar nuestros sistemas académicos a las necesidades de demanda del mercado de trabajo. En imprescindible repensar y actualizar nuestros sistemas académicos y de formación continua laboral a los nuevos estándares y a las necesidades futuras del mercado laboral. Incluir nuevas asignaturas docentes en edades tempranas que fomenten el conocimiento tecnológico, el pensamiento crítico, la creatividad y la comunicación, así como incluir el Derecho a la Formación Profesional Continua[1] en la jornada laboral, se configuran como dos reformas indispensables e inaplazables.

Además, el Sindicato considera que hay que admitir que no todos los trabajadores y ciudadanos podrán afrontar esta transición con éxito. En consecuencia, y como parte intrínseca de nuestro Estado del Bienestar, debemos confeccionar medidas de protección social inclusiva, en donde no dejemos a nadie atrás.

UGT considera que ambas líneas de actuación son necesarias y urgentes para sostener una sociedad digital basada en la igualdad de oportunidades, donde los derechos sociales de los trabajadores sean la principal característica del nuevo mundo del trabajo.

UGT Comunicaciones
Sector Estatal

[1]http://europa.eu/rapid/press-release_IP-18-4395_es.htm
[2] http://ugt.es/SitePages/NoticiaDetalle.aspx?idElemento=3406