Nuevo golpe a los ingresos; rebaja del 34% en la tarifa de terminación fija

Hagamos un breve ejercicio de empatía y pongámonos por un momento en la piel de los responsables de presupuestos de una operadora, de una teleco española,cualquiera.

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Dos factores se analizan y ponderan de forma detallada: los gastos y los ingresos,al objeto de determinar los beneficios finales. El ejercicio de cálculo de los ingresos es clave en todo el engranaje de la compañía y, en consecuencia,debería tener unos márgenes de error reducidos y casi esperables, en base a los vaivenes clásicos de un mercado en feroz competencia como el nuestro.

Pero este difícil equilibrio se ve constantemente contaminado por los vaivenes regulatorios, muchos de ellos presentados casi de sopetón, y siempre,siempre, con una única intencionalidad: reducir los precios, y por ende, los ingresos.

La última prueba la tenemos en el reciente anuncio del regulador nacional, la CNMC, que propone reducir rebajar la tarifa de terminación fija en un 34% en tres años[1]:

Tal y como explica el regulador, “la terminación fija es un servicio prestado por los operadores de redes fijas. Cada operador ofrece este servicio al resto de operadores (tanto fijos como móviles), para que éstos puedan completar las llamadas telefónicas realizadas por sus clientes y que tienen como destino un abonado conectado a la red del operador de red fija que termina la llamada. La tarifa de terminación es lo que un operador le paga a otro para que sus clientes acaben las llamadas en los abonados a dicha red”.Como parece obvio, se trata de un servicio que genera cuantiosos ingresos, del orden de 20 millones de euros al trimestre en todo el sector, o casi 80 al año,según los últimos datos publicados por la CNMC para 2017[2].

La rebaja propuesta por el regulador tiene un impacto económico cuantificado,aunque es secreto, al menos para el común de los mortales, ya que la resolución de la CNMC lo oculta bajo el concepto de confidencial. Aunque tampoco resulta muy difícil de calcular su impacto. Un 34% en 2021, a razón de 80 millones al año….

Volvamos al principio. Los responsables de presupuestos, al encontrarse con este súbito cambio, inevitablemente mirarán a los costes para reajustar los beneficios –esta forma de ver los resultados empresariales, tan poco social,también tiene su miga, pero es cuestión para otro debate- e inevitablemente, acabarán presionando las condiciones laborales a la baja. Una mecánica que se repite deforma invariable desde hace 30 años.

Sin lugar a dudas, el pecado original parte de nuestro regulador. La pregunta más importante para los intereses de los trabajadores sería: ¿cuál es el impacto en términos laborales, de empleo, de la propuesta de la CNMC?La CNMC ni se lo plantea; no le importa; no es su problema. En 61 páginas de resolución, ni una sola mención al empleo, a las condiciones laborales. La memoria sobre el impacto en el empleo es inexistente.

De nuevo, la regulación sectorial vuelve a ignorar a los trabajadores.¿Acaso la CNMC no es consciente de las consecuencias que se derivan de sus decisiones sobre el empleo? Desde luego, si lo es, le importa poco.Se trata de regular la competencia de espaldas al empleo. Se trata de un organismo público en el que el empleo es solo una anécdota, un accesorio. Una vergüenza en términos sociales, un defecto de nuestro mercado que no debería permitirse.

UGT Comunicaciones
Sector Estatal


[1] https://www.cnmc.es/novedades/2018-11-20-la-cnmc-propone-rebajar-un-tercio-la-tarifa-de-terminacion-fija-mayorista-en
[2] data.cnmc.es/datagraph