Suicidios en Francia

Orange, propiedad del Gobierno francés en un 13,39% de su capital, tendrá que responder ante un tribunal penal por los suicidios de 35 trabajadores acaecidos entre 2008 y 2009 en Francia.

Aparte de la Compañía, también tendrá que comparecer ante la Corte Penal su exdirector ejecutivo, Didier Lombard, y otros siete ejecutivos de la compañía, todos ellos acusados de “urdir un plan de reestructuración que acabó convirtiéndose en una campaña de acoso moral a los trabajadores, que se tradujo en 35 suicidios y en un incalculable coste social, personal, laboral y de salud de miles de empleados”.

Lombard, que niega tajantemente los hechos imputados, solo admite la puesta en marcha de un intenso plan de reestructuración, “esencial para la supervivencia de la compañía”, que buscaba eliminar 20.000 puestos de trabajo y efectuar miles de traslados obligatorios, pero nunca pretendiendo “el daño” del que se acusa. Añade que, además, la Compañía había previsto cursos formativos para mejorar la carrera profesional de cada empleado. Los portavoces de la empresa alegaron “no estar de acuerdo” con las acusaciones y que no se debe “prejuzgar a las personas involucradas y se debe garantizar un estricto respeto por la presunción de inocencia”.

Todos ellos se olvidan de las palabras de Lombard en 2006, cuando afirmó, ante toda su dirección: “en 2007, conseguiré las renuncias de una forma u otra, a través de la ventana o la puerta”. Dos años más tarde, la nota de suicidio de un compañero de Orange confirmaba que se había sentido víctima de una “gestión del terror”.

Por parte de los sindicatos, un portavoz de CFE-CGC aseguró que la “responsabilidad moral de los siete acusados ​​en la crisis social y sus consecuencias más trágicas, los suicidios de nuestros colegas, está comprobada. Ahora corresponde a los tribunales decidir sobre su responsabilidad penal”.

UGT espera que la justicia gala cumpla con celeridad su labor, para que los culpables de la mayor salvajada laboral que ha vivido nuestro Sector a nivel mundial acaben pagando por sus mezquinas acciones hasta las últimas consecuencias.