Ante las noticias publicadas en el día de hoy en prensa, que apuntan a un supuesto expediente de regulación de empleo en el Grupo Telefónica, desde UGT , como sindicato mayoritario en el Grupo, queremos trasladar un mensaje claro de tranquilidad y responsabilidad a toda la plantilla.
A día de hoy, UGT no ha recibido ninguna comunicación, ni oficial ni oficiosa, por parte de la empresa que apunte hacia un proceso de ajuste de empleo como el que plantean los medios. No es la primera vez que surgen rumores de este tipo, y desde nuestra posición, siempre hemos actuado con rigor y prudencia. Nos guía el compromiso con los hechos, no con las filtraciones interesadas.
Exigimos respeto a la plantilla y al marco de relaciones laborales que garantiza la estabilidad en la compañía. La incertidumbre gratuita solo genera desconfianza en momentos donde lo que se necesita es visión, claridad y futuro.
La llegada de Marc Murtra a la presidencia del Grupo y la entrada del Gobierno de España a su accionariado deben suponer una oportunidad para renovar compromisos y reforzar la posición estratégica de la plantilla, no para convertirla en variable de ajuste. Desde UGT estamos a la espera de que el nuevo presidente traslade su visión de futuro de forma clara y con responsabilidad hacia las personas trabajadoras pero, en cualquier caso, UGT consideraría inaceptable que la sostenibilidad empresarial se proyecte nuevamente únicamente desde la óptica de los recortes de plantilla.
Era de esperar que la nueva dirección tuviera como fin dotar a Telefónica de un proyecto de futuro, no solo un ajuste de costes. No se puede hablar de consolidación, transformación, digitalización o compromiso con España y plantear la destrucción masiva de empleo estable y cualificado. Telefónica debe definir su plan futuro, ya que hasta ahora la nueva dirección solo ha acometido políticas de desinversión, a las que se sumarían los últimos rumores de destrucción de empleo en nuestro país.
En los últimos años hemos sido testigos de una reducción constante y preocupante del empleo de calidad en las grandes operadoras de telecomunicaciones en España. Esta tendencia es incompatible con la aspiración de contar con una empresa estratégica sólida en un sector tan esencial como el de las comunicaciones. Basta comparar: Alemania mantiene más de 78.000 empleos en su operador principal, Francia supera los 71.000, mientras que en Telefónica España no alcanzamos los 15.000. Una diferencia que debería invitar a la reflexión sobre el modelo de país y de empresa que queremos construir.
No puede tolerarse que una empresa de carácter estratégico, con profesionales experimentados y buenas condiciones laborales, participada por un Gobierno progresista no apueste por el empleo a largo plazo y de calidad. La nacionalización no es compatible con la destrucción de empleo.
Por otro lado, las noticias hablan del Grupo Telefónica que, recordemos, está conformado por multitud de empresas, cada una con sus acuerdos, garantías y convenios colectivos, que deben respetarse.
Por ejemplo, el III Convenio Colectivo de Empresas Vinculadas (CEV), firmado por UGT, blinda las garantías laborales de la plantilla hasta el 31 de diciembre de 2026, incluyendo el compromiso de que cualquier medida de ajuste deberá contar con el respaldo sindical.
Por tanto, y aunque insistimos que estamos ante rumores, ningún proceso de estas características puede iniciarse en ninguna empresa del grupo ni avanzar sin el concurso y aprobación de las fuerzas sindicales.
UGT, como sindicato mayoritario en el grupo Telefónica, estará, como siempre, donde tiene que estar: velando por el mantenimiento del empleo de calidad y por unas condiciones dignas y sostenibles para el conjunto de la plantilla. No alimentamos rumores, actuamos sobre hechos objetivos y con la firmeza que exige nuestra responsabilidad.
Recordamos que no existe información contrastada y que, de existir en algún momento, será trasladada de forma inmediata y transparente. Hasta entonces, la plantilla puede estar segura de que UGT seguirá defendiendo con contundencia lo que siempre ha defendido: empleo, estabilidad y futuro.