Feminismo frente al COVID-19

El feminismo siempre tiene que estar alerta. La lucha feminista debe de ser diaria, sobre todo ahora en plena crisis sanitaria (Covid-19) es vital. 

Era de prever, justo en este momento en el que todo el mundo se centra en sobrevivir a esta pandemia, que el feminismo pasaría a segundo o tercer plano. 

Las mujeres, como en todas las crisis, guerras y pandemias, son las más perjudicadas, víctimas del Covid-19 y del machismo, para las que el patriarcado no quiere encontrar vacuna. 

Las brechas entre mujeres y hombres se acentúan: la tasa de empleo de las mujeres se aleja en 11,07 puntos porcentuales de la de los hombres, la de paro supera en 3,5 puntos el desempleo masculino y la tasa de actividad está 10,6 puntos por debajo. 

La creación de empleo es desigual entre hombres y mujeres  

La UGT denuncia que cuando se pierde empleo, la pérdida es similar entre hombres y mujeres, sin embargo, cuando se crea, se hace de forma muy desigual con un importante perjuicio para las mujeres.  

Por este motivo, el sindicato quiere llamar la atención ante este enorme desequilibrio estructural entre sexos en el en empleo, para que todas las políticas que se adopten tengan en cuenta e esta gran discriminación hacia las mujeres desde el punto de partida. De lo contrario, las diferencias serán aún mayores en un momento en que las mujeres van tomando cada día más conciencia de sus derechos. 

También la falta de transparencia salarial favorece que la discriminación salarial se siga practicando y contribuya a consolidar la brecha salarial de género. La Unión Europea ha realizado poco o ningún esfuerzo para abordar la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor, sobre el que el Tribunal de Justicia Europeo considera que diferentes trabajos pueden ser de igual valor cuando los requisitos educativos, profesionales y de capacitación, habilidades, esfuerzo y responsabilidad, el trabajo realizado y la naturaleza de las tareas involucradas son, en realidad, equivalentes.  

La directiva tiene que estar basada en cuatro pilares: 

  • La obligación de todos los empleadores y empleadoras, de todos los tamaños y en los sectores público y privado, de adoptar políticas y prácticas de transparencia salarial, incluidas auditorías salariales de género; 
  • Promover el papel de la negociación colectiva en la negociación de la igualdad salarial;  
  • Abordar los principales focos impulsores de la brecha salarial de género: sectores dominados por mujeres con salarios más bajos, puestos con salarios más bajos, participación desigual en el trabajo doméstico y de cuidado y discriminación salarial.

Por todo elloHay que construir políticas con perspectiva de género