UGT exige a las empresas digitalizarse sin recurrir a los despidos

Los diferentes mensajes de patronales, empresarios y organismos públicos a lo largo de esta pandemia, afirmando que la crisis sanitaria aceleraría la digitalización y la recualificación de la fuerza de trabajo, siguen chocando con un estrato empresarial impermeable al cambio y únicamente preocupado por conseguir más facilidades para el despido.

Los primeros estudios que se están publicando confirman que las llamadas a digitalizar nuestro tejido productivo no están calando entre las empresas. La última publicación del INE sobre confianza empresarial, dedicada a un módulo de opinión sobre COVID-191https://www.ine.es/dyngs/INEbase/es/operacion.htm?c=Estadistica_C&cid=1254736163552&menu=resultados&secc=1254736195534&idp=1254735576550#!tabs-1254736195723, nos muestra la cruda realidad del pensamiento empresarial español: se prioriza el despido sobre cualquier otra medida, como la modernización de procesos o mejorar la capacidad digital de los empleados.

En concreto, los datos del INE demuestran como las empresas se muestran mucho más preocupadas por cómo aprovechar la ley para despedir, que en formar a sus personas trabajadoras: un 23% afirma que el mercado de trabajo es un factor muy importante en su negocio, mientras que sólo un 13% le da tal consideración a la adecuación de su capital humano.

Otro tanto ocurre con la digitalización: hay más empresas preocupadas por no aumentar los salarios que por aumentar su nivel digital (un 17% señala al “incremento de los costes unitarios” como un factor de alto impacto en su negocio; un 16% afirma lo mismo a hora de “incrementar su nivel de digitalización”). A pesar de las lecciones que nos ha demostrado la pandemia, un 40% de las empresas le otorgan a la digitalización una “bajo impacto”, mientras que la formación de las plantillas es de mínima prioridad para el 37% de las firmas.

Cuando se desglosan aún más los datos, la realidad no puede hacerse más contundente: sólo un 17% de las empresas españolas aumentarán sus presupuestos de formación en los próximos dos meses; sólo una de cada cinco empresas va a realizar inversiones en nuevas tecnologías o en innovación de procesos.  En resumen: las empresas siguen ancladas en la dinámica del despido y la reducción de salarios como palanca reorganizativa, posponiendo la imprescindible de modernización que deberían acometer, a través de la formación de su mano de obra y de la digitalización de sus negocios. Dicho de otro modo: se elige ir contra las personas trabajadoras en vez de invertir en futuro.

Como ya hemos apuntado, ni siquiera la crisis sanitaria ha conseguido cambiar de mentalidad a las compañías: sólo un 7% ha usado el comercio electrónico como alternativa para mantener su actividad y únicamente un 13,6% van a abrir canales digitales de venta en los próximos seis meses. Durante lo peor de la pandemia, solo un 15% de las empresas usó nuevas tecnologías para lograr que su negocio se mantuviese abierto. Sin ir más lejos, en el sector hostelero, uno de los más importantes de nuestra economía, menos de un 3% de las compañías empleó la venta a través de Internet para darle continuidad a su negocio.

Las diferencias según el tamaño de la empresa son, como siempre, excesivamente amplias. Por ejemplo, sólo un 13% de las micro-pymes (menos de 10 empleados, las más numerosas de nuestra economía) van a hacer inversiones en TIC; únicamente un 11% van a abrir canales de venta online. Si tenemos en cuenta que menos del 6% de las micro-empresas vendía a través de Internet antes de la pandemia, el panorama futuro que se configura es muy preocupante en términos de productividad, competitividad y resiliencia a otra crisis económica.

Estos datos confirman la necesidad de derogar las diferentes reformas laborales: se ha instaurado una tendencia al despedido o al descuelgue salarial, facilitándolos hasta extremos insoportables, que relegan medidas imprescindibles para el futuro de nuestra economía, como son invertir masivamente en digitalización y formación.

UGT Comunicaciones