UGT exige a los empresarios que se sumen a la revolución digital

UGT exige a los empresarios que se sumen a la revolución digital de forma inmediata, apoyándose en el diálogo social y en el consenso, para construir una economía, una sociedad y un mercado de trabajo moderno, justo y competitivo.

La cuarta versión del estudio “Digitalización de la Empresa española”, correspondiente al ejercicio 2021-2022, vuelve a poner de manifiesto la renuencia del tejido empresarial a modernizarse, tecnificar y digitalizarse.

Para esta edición, nuestro análisis se ha vertebrado entre las diversas brechas digitales que presentan nuestras empresas, destacando aquellos aspectos más relevantes y que vuelve a poner en muy mal lugar a nuestro tejido productivo:

Brecha de Sensibilización: Concierne a ausencia de implicación que asola a nuestro tejido empresarial, refractario a modernizarse. Los datos no pueden ser más clarificadores: la caída de la inversión en TIC en 2021 ha sido estrepitosa: un 6% global sólo en el último año (acumulando un 10% desde 2019). Tal desplome llega al 21% en el caso de las pequeñas empresas.

Brecha Tecnológica: es aquella que responde a las diferencias de adopción entre las diferentes tecnologías. Por ejemplo, destaca la buena evolución en la adopción de la IA y el big data (3,5% y 2,35% interanual, respectivamente). Lo mismo es aplicable al comercio electrónico: un 30% de las empresas ya vende por Internet (+3 puntos), aunque estos avances son muy tibios si se comparan con nuestros vecinos europeos. Las malas noticias provienen de un aspecto clave: el número de empresas que poseen medidas de seguridad TIC (ciberseguridad) desciende un 3%. Se trata de una auténtica amenaza tanto para garantizar la operatividad como la supervivencia de las compañías.

Brecha Laboral: Un 80% de las empresas nunca forma a sus empleados en nuevas tecnologías, lo que significa que 13,7 millones de trabajadores no recibió ni un curso sobre tecnología en 2021.

El número de expertos en TIC aumenta en un ridículo 0,6%, hasta un 17%. En 2015, este porcentaje de compañías se cifraba en un 25%. El número de empresas con vacantes tecnológicas sin cubrir apenas supera el 4%. Dos de cada tres vacantes no satisfechas se explican por el simple hecho de que las empresas no quieren pagar el salario exigible.

Brecha Interempresarial: fenómeno por el que, cuando más pequeña es una firma, más remisa es a implantar nuevas tecnologías. Así, todavía un 14% de las microempresas no cuenta con un ordenador, un 19% no tiene conexión a Internet (ni fija ni móvil) y hasta 70% no tiene web propia. Si un 38% de nuestro tejido productivo (3,44 millones de empleados) está en esta situación, es evidente que tenemos un severo problema de transformación digital.

Brecha Intersectorial: la que concierne a los diferentes grados de tecnificación por sectores, que llega a alcanzar cotas hasta 75 puntos porcentuales. Incluso en métricas tan básicas como la presencia en Internet, se alcanzan contrastes de 35 pp.

Brecha Geoestratégica: A pesar de ser la cuarta economía de la Unión, en ningún indicador digital estamos rondando esa posición. Al contrario: en muchas métrica estamos entre los diez peores países. Descendemos siete puestos en empresas que usan IA y dos en aquellas con big data. En el global de empresas con ventas electrónicas, nos dejamos tres puestos por el camino.

Brecha Comercial: En sólo 8 años, nuestro déficit neto exterior en comercio digital se ha multiplicado por siete, hasta llega a presentar un 2,4% del PIB (28.700 millones de euros). En 2021 se volvió a romper un récord negativo: el porcentaje de negocio online que se queda en nuestras fronteras se redujo a un 31%, acumulando un desfase de diez puntos desde 2014.

Es incuestionable: la transformación digital no está siendo secundada por el tejido empresarial español, denotando una absoluta falta de convencimiento ante la necesidad y emergencia de digitalizarse.

No podemos esperar más: cualquier cosa que no sea una digitalización profunda y masiva, será un error que puede tener consecuencias negativas en toda una generación. En consecuencia, UGT exige a los empresarios que se sumen a la revolución digital de forma inmediata, apoyándose en el diálogo social y en el consenso, para construir una economía, una sociedad y un mercado de trabajo moderno, justo y competitivo.

UGT Comunicaciones